Quizá no sea una canión animada, quizás no sea una canción pegadiza, quizá no sea una canción de las más descargadas en el Itunes, pero desde luego que es una canción de un buen hombre.
Un hombre que nos descubrió a golpe de bastón y mochila al hombro, rincones de nuestro país que muchos desconocíamos.
Un hombre que se preocupaba de hablar con la gente, que escuchaba y enseñaba.
Un Platón o Aristóteles de nuestro tiempo.
Un gruñón entrañable de boina enroscada y guitarra en la mano.
Un pensador cabal y temperamental de poesía y verso libre.
Político casual con sentido común y pies en el suelo.
Maestro que muchos hubiéramos deseado tener en nuestra adolescencia.
Amigo desconocido, que junto a otros como Saramago, nos ha dejado un poco más huérfanos de sentido común y diálogo en este mundo.
Valgan estas breves líneas y este tema, como mi particular homenaje a este buen hombre.
Hasta siempre, MAESTRO.
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