¿La recordáis?.
Yo sí. Un verano que pasé en Benidorm sonó y sonó hasta el infinito y más allá, mientras jugaba a alguna máquina recreativa o al billar mientras el resto se acostaba la siesta antes de volver a la piscina.
Lo que me parece increíble es que hasta ahora no la hubiera puesto en el blog.
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