Esta es la canción que ganó el concurso de Eurovisión de este año.
Interpretada por Loreen, es un tema de discoteca que puede quedarse dando vueltas en la cabeza durante un rato (así que cuidado).
Es muy ligera (es lo mejor que se puede decir en estos casos) y con un estribillo repetido hasta la saciedad, pese a eso, se deja escuchar.
A ver qué os parece.
En cuanto al clip, habría que decir que es de lo más simple, así que no esperéis sorpresas ni artificios. (Al menos se ha eliminado la coreografía de pseudo artes marciales que se marcó en Eurovisión).
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