¿Cuántos de nosotros no quería ser Indiana Jones de mayor?
Bueno, seguro que alguno no, pero yo era de los que sí.
Recuerdo salir del colegio con 7 años y junto a mi amigo Petete (no era precisamente el del libro gordo) planificar aventuras como las que vivía Indi.
El hecho de que el padre de mi amigo trabajara en el museo arqueológico de Ávila, nos daba aún más leña para avivar el fuego de nuestra ilusión, ya que teníamos pase Vip para pasear por las salas de aquel museo y para que nos explicaran de dónde venían cada una de las piezas.
Lo cierto es que hasta los 12 años parecía una buena idea estudiar arqueología, comprarse un sombrero, una bandolera, un látigo y una pistola, e ir de continente en continente a la caza de antiguas reliquias mágicas...
Pero al ver que el trabajo de arqueólogo tenía más de excavar y no encontrar, de limpiar polvo y de cagarse en obras públicas por trazar carreteras por encima de yacimientos de tiempos remotos, que de vivir aventuras, resolver enigmas y llevarse a la guapa de la película... me desencanté.
Pero pese a todo, siempre me ha gustado esa idea romántica del arqueólogo aventurero, así que hoy cuelgo el tema principal de Indiana Jones y la Última Cruzada.
Jejeje, no te imagino yo con el sombrero y el látigo :p Aunque la barba ya la tienes... ¿Nunca has probado a disfrazarte de Indiana Johns en carnavales? Si algún año se te ocurre, compártelo :p
ResponderEliminarAhora entiendo entonces el porqué de tu llavero :) El por qué de tu tono del móvil...
A mi siempre me ha gustado Indi, incluso el primer juego de Lego que jugué en la consola era de Indiana Johns, y me flipó. ¿Lo has probado en la Wii?
Ah, que Jones es sin "h". Co-jones.
ResponderEliminarEsas aventuras gráficas que salieron en su día para el ordenador, que recuerdos...
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